lunes, 16 de marzo de 2015

El Camino hacia Lucía



Llegamos a Origen de la mano de la persona que se convertiría después en una gran amiga, la Lic. Verónica Tirados. Empiezo hablando de ella porque fue un sostén fundamental en los momentos más tristes y más felices de nuestra vida.
Hace un poco más de dos años falleció nuestro bebé Franco, después de nacer  antes de tiempo y de luchar dos días como el leoncito que era. Tuvimos la bendición de tenerlo en nuestros brazos en sus últimos momentos y poder llenarlo de besos y amor. Se fue sabiendo que lo amábamos con el alma. Fue devastador. Es indescriptible el dolor de volver a casa con los brazos y el corazón vacíos y encontrarnos con todas sus cosas esperándolo, como si nuestra vida se hubiese congelado en el tiempo. 
Unas semanas después su querida abuela lo iba a acompañar en ese viaje, dejándonos aún más sumidos en la tristeza.

Siguieron meses de preguntas sin respuestas y la reiterada frase….”la vida sigue, hay que volver a intentarlo”….casi sin entender que para nosotros no había sido únicamente la pérdida de una ilusión sino la muerte de un hijo, para lo cual nadie está preparado. En esto se centraba el problema, cómo lidiar con el dolor por la ausencia más el miedo de que volviera a pasar….cómo lidiar con todo aquello que no se puede controlar. 
No hubiésemos podido sin la contención de Vero, siempre a nuestro lado, nadie debería transitar ese camino solo y ella fue nuestro sostén y guía…ella me enseñó que para que otro bebé llegara había que dejar ir a los que ya no estaban…
Con esta tristeza y todos estos miedos, falta de respuestas, ansiedades y el sentimiento de que para la medicina no éramos más que una estadística, llegamos a Origen.
La primera consulta con el Dr. José Luis Ordoñez fue un día donde  yo llegué al consultorio de  Vero llorando y con el alma en la mano. Él no sólo nos atendió
al final del día sin turno, sino que me escuchó pacientemente con esa tranquilidad tan característica y esa seguridad y transparencia que trasmite. 
Con ese respeto hacia nuestra historia, nuestro dolor y nuestros miedos.
Ese día supimos que habíamos encontrado a nuestro médico y a nuestro equipo. Así fue como en poco tiempo me enteré que estaba embarazada nuevamente. Fue un embarazo de alto riesgo por mis antecedentes, con heparina, controles y ecografías doppler muy seguidos. Las ansiedades a flor de piel, mis miedos mezclados con la enorme ilusión y felicidad que sentía. José supo conocer y aliviar cada uno de mis temores y darme la confianza que tanto necesitaba. Con ese aplomo de los que son realmente “grandes”.
Todos me contuvieron, me escucharon. Desde Anita con sus consejos hasta la Dra. Leila Badran que me daba tanta tranquilidad en las ecografías… y, por supuesto, Vero que siempre estaba cuando la necesitaba. Gracias a todos ellos nuestro embarazo fue sin complicaciones. Ellos no fueron sólo nuestro equipo médico, fueron nuestra familia.
Lucía nació en septiembre llena de fuerza y llorando a todo pulmón. Lejos… el momento más feliz de nuestras vidas. Nunca me voy a olvidar el momento en que la escuché llorar por primera vez. A las horas estaba con nosotros en la habitación. No podíamos creer sentir tanto amor. 
Pero todavía íbamos a tener más pruebas que pasar…a la tarde a nuestra bebé la piel se  le puso morada y en neonatología detectaron que no se estaba oxigenando bien. La pusieron en una incubadora con oxígeno primero y respirador después. El mundo se nos volvía a caer encima...no podíamos creer que la vida nos volviera a poner a prueba, se nos acababan las fuerzas. El miedo que sentíamos era indescriptible. Todavía recuerdo  ir cada tres horas religiosamente a sentarme a su lado y hablarle, decirle que la estábamos esperando y que tenía que ser fuerte, “reteniéndola con nosotros” como tan sabiamente me había aconsejado Vero. Cada vez que se terminaba el horario de visita, yo sentía que me despedía, que no sabía si la iba a volver a ver la próxima vez. 
Siento todavía esa complicidad que uno genera con los otros papás mientras se espera para poder entrar a la Neo, con  los nervios de no saber qué va a decir el parte médico. Ese pasillo interminable y frío, la clásica rutina de lavarnos las manos, asomarnos y ver que en el monitor de su incubadora estaba todo en orden y entonces sentir que el alma nos volvía al cuerpo…Era inevitable para nosotros sentir que la historia se repetía y que nos encontrábamos nuevamente en una sala de Neonatología  con nuestro bebé luchando por vivir. Se cansaban de repetirnos que eran causas totalmente diferentes y circunstancias más distintas aún, pero nosotros lo único que veíamos era otra vez a nuestro adorado, soñado y tan esperado bebé lleno de tubos y sin poder sentir nuestros besos y abrazos, con su primer contacto con el mundo tan lejos de los brazos de sus papás. Más incomprensible aún nos parecía el hecho de que las causas fueran diferentes, que no hubiese relación entre lo que le había pasado a Franco y lo que le estaba pasando a Lucía, sentíamos que la vida  se estaba ensañando con nosotros pero que teníamos que darle pelea. Vivíamos con miedo día y noche, probablemente exacerbado por el hecho de que sabíamos lo que era llegar y que nos dieran la  peor notica de nuestras vidas. 
Fueron días difíciles, una vez más volvíamos a casa con los brazos vacíos, una vez más nos habíamos ido tres y volvíamos dos. 
Nuestra gran tranquilidad era saber que no estábamos solos, que a pocas cuadras, en Origen, había un grupo de personas haciendo fuerza con nosotros.
José estuvo desde un principio apoyándonos. Lo primero que hice fue llamarlo y él otra vez pacientemente explicándome qué era lo  que pasaba, hablando con los neonatólogos y dándonos contención y tranquilidad. No nos dejó solos uno solo momento, fue nuestro gran apoyo. No nos va a alcanzar la vida para agradecerle todo lo que hizo….no es sólo un excelente profesional sino también una gran persona. Hasta el día de hoy me sigue emocionando verlo.
La Dra. Alicia Chernicoff, con su dulzura y esa paz que trasmite. Con sus consejos me ayudó en mis momentos más difíciles. Tan hermosa por fuera y por dentro. No hubiésemos podido sin ella al lado.
Anita con sus mensajes que tanto bien me hacían, una amiga que estuvo en todo momento conmigo.
Katy con sus palabras cariñosas y Sole con su interés constante.
 Y obviamente otra vez Vero al pie del cañón…simplemente yo sabía que ella siempre estaba y sigue estando…no nos dejó un solo momento, ella y su hermosa familia que tantas buenas energías nos mandaron…son personas ÚNICAS…
Tenemos tanto que agradecerle a este excelente equipo…gracias a ellos hoy somos una familia tan plena!

Hoy Lucía tiene cinco meses y medio, es una bebota llena de vitalidad y alegría, esos días quedaron atrás y volveríamos a pasar nuevamente por todo ese camino que nos llevó a tenerla con nosotros, sin dudarlo. 
Todo valió la pena, las noches enteras llorando, la angustia, los días de desesperanza…..ahora nuestra vida está completa y es enormemente feliz.
Por último quiero agradecerle con toda mi alma a mi esposo, al amor de mi vida, el que me hace cada día mejor persona y que me dio el regalo más hermoso que alguien podría recibir…nuestro angelito Franco y nuestra dulce Lucía, la lucecita que nos esperaba al final del camino…


María Clara Papis.

5 comentarios:

  1. Que hermosa historia!! Intensa, llena de desafíos. Cuanta fortaleza María Clara!! Cariños a todo el equipo de Origen...

    ResponderEliminar
  2. Emocionante hasta las lágrimas... Muchas gracias al EQUIPAZO de Origen!!!

    ResponderEliminar
  3. El leer esta nota es traer a mi memoria muchos momentos. No deja de llegarme de orgullo escuchar a esta mujer. Tal como lo redacta es un historia con muchos matices y un hermoso final feliz. Clara es un ejemplo de persona, como hija, hermana, esposa, madre y amiga! Te felicito por la fortaleza y lucha que le pusiste a pesar de tantos miedos que tenias. Ni hablar a Silvano por el amor, compañía y contención constante que tuvo y que tiene. Y a tu excelente equipo médico! De corazón les agradezco y felicito por el excelente trabajo. Clarita de mi corazón gracias por dejarme ser parte de esta hermosa historia que tiene un desenlace hermoso que son Franco y Lucía. Eso dos seres maravillosos. Franco ese angelito que va estar siempre al lado y protegiendo a su hermanita y papás. Lucia como esa hermosa bebe que les traera muchas alegrías y travesuras a esta bella familia. Te quiero con el alma amiga y vamos por mas... falta mucho camino por recorrer! Anita

    ResponderEliminar
  4. Conmovedora historia! Gracias por compartirla. Origen no es solo una clinica de salud reproductiva, es una familia. Son muchos meses de espera, muchos tratamientos y muchas personas al servicio de uno para que se produzca el milagro esperado. Jose Ordoñez voy a estar eternamente agradecida que hayas sido vos el que trajo al mundo a SALVADOR! Gracias a todos en Origen! Carolina Bisio

    ResponderEliminar

Dejanos tu comentario